jueves, 16 de noviembre de 2006

Siempre quise ser Jessica Fletcher

Hoy los alumnos se están manifestando (o no, pero la mayoría no ha venido a clase), contra la nueva ley educativa, pero yo no voy a hablar de ello, sino que prefiero introducir un tema más suculento, el de los hechos paranormales (o subnormales, no sé cómo llamarlos) que acontecen en el edificio de mis padres desde hace unos meses.

Aparte de mi hermano, el de los huevos a la plancha, aún no os he hablado de mi familia, aunque algunos de vosotros ya la conocéis. En el edificio donde viven mis padres reinaba la concordia, a mí siempre me han sorprendido las historias de peleas vecinales porque realmente nunca las he vivido, al contrario, aunque cada uno en su casa, había buena convivencia y en algunos momentos críticos de algún vecino se le había ayudado hasta económicamente. Pero en los últimos años, la situación ha cambiado, en primer lugar porque hay vecinos nuevos y en segundo, por el tema destrozacomunidades por excelencia, la decisión de instalar un ascensor. La verdad es que el ascensor sacó al Chuky que llevaban dentro algunos vecinos y los meses que duraron las discusiones hasta llegar a un acuerdo fueron infernales. Los hechos paranormales que os voy a relatar empezaron a acontecer coincidiendo con el fin de las obras del ascensor y su puesta en marcha, y la llegada de dos vecinos nuevos, con uno de los cuales hubo problemas porque pretendían hacer obras ilegales. En este clima de tensión proveniente de varios frentes, una noche que mi hermano volvía a casa y que mis padres habían salido, se encontró con la sorpresa de que alguien había puesto silicona en la cerradura de la puerta. El hecho conmocionó a toda la comunidad, porque mi madre es la más apreciada, la más diplomática, a la que todos confían sus problemas, la intachable, vaya, así que, que alguien llevara a cabo algo con tintes tan claramente vengativos contra su casa, era impensable para cualquiera. Ese fue el pistoletazo de salida, desde entonces, desaparecen los felpudos de todos los vecinos, un día, un vecino se encontró su coche lleno de huevos estrellados, otro día, a una vecina que desde hace años tiene en el rellano delante de su puerta una mesita con un jarroncito de flores (sí, es una horterada, pero a ella le gusta), primero le robaron las flores, y la segunda vez ya le quitaron el set completo, las flores y la mesa. Y ya os podéis imaginar como está el panorama, las especulaciones están que hierven, y algunos vecinos están empezando a tener un poco de miedo y están pensando poner una cámara, porque la broma ya dura desde hace demasiados meses y aunque sea un comportamiento del todo infantil, desde luego quien lo hace está mal de la cabeza y no se sabe qué más se le puede ocurrir. La última que mi madre me contó ayer, es que vio una mancha extraña en la puerta y al examinarla comprobó que era una quemadura.

Yo tengo dos sospechosos, pero antes de exponeros mis suposiciones, quiero esperar un poco más a ver qué pasa, porque algunos vecinos están empezando a perder los nervios y han empezado a hacer insinuaciones, y quiero ver qué reacciones va a haber (de algo me va a tener que servir haberme leído toda la colección de Ágata Christie y haber visto Se ha escrito un crimen infinitas veces). To be continued...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a. qué grande es el cine, jessica en caboutcot y aquì no hay quien viva - qué televisada està la realidad hoy en dìa

b. hoy he entrado en vuestro blòs y estoy engachadìsimo, no sé si serà la novedad o qué pero espero impaciente una nueva dosis de cotidianeidad, brìo, sensaciones, emociones, vida en estado puro; ana rosa ha quedado relegada

c. y aunque no pueda asistir a la fiesta, que viva el amor!

Lidia dijo...

Hola Jamlet!
Te doy la bienvenida :)
Me alegro que te divierta la página y te animo a que participes, ya ves que aquí uno hasta puede llevarse regalos!