domingo, 9 de marzo de 2008

Body and Soul – En las cartas I


No olvidaré nunca cuando vi por primera vez a Miguel. En ese justo instante estaba poniéndole el tinte con los guantes a una señora que, con las dos piernas estiradas, me señalaba con una mano los juanetes que deformaban sus pies descalzos. Al oír que se abría la puerta, giré la cabeza y cuando lo vi bajo el dintel, tuve la impresión de que lo conocía, pero no sabía de qué. Y en aquel momento me acordé de aquella frase:“No hace falta que lo busques, él vendrá a ti. Te encontrará con plástico en las manos”.

Me la había dicho dos años antes una mujer que me había echado las cartas, y no había vuelto a recordar aquellas palabras hasta entonces. Cuando decidí poner la peluquería con mi socia, tuve unos días de pánico al ser consciente de la responsabilidad y la cantidad de deudas que estaba a punto de contraer, y entonces Laura me propuso ir a ver a una mujer que le había echado las cartas a ella hacía un tiempo. Yo siempre había sido muy reacia a esas cosas paranormales, sentía entre escepticismo y miedo, pero lo que Laura me había contado que le había dicho aquella mujer me había impresionado mucho, así que, agarrándome a un clavo ardiendo, me atreví a ir. Yo no sé si se puede ver la vida de una persona en unas cartas, o si aquella mujer es muy lista y me caló entera sólo con verme, pero tengo que reconocer que aquella señora que habló sola durante una hora sin hacerme ni una sola pregunta y únicamente me pidió que barajara la cartas, hiciera tres montoncitos y luego los reuniera y se lo diera con la mano izquierada, me dijo cosas de mi vida pasada que era imposible que supiera, predijo hechos que me han sucedido después y me dio algunos consejos que me han ayudado mucho.

Me dijo que el amor no me iba a llegar aún porque primero tenía que dedicarme al trabajo, y que aparecería cuando fuera feliz con mi vida. Entonces pronunció aquella frase que había olvidado y recordé al ver a Miguel por primera vez y añadió: “Será un hombre bueno, y él sí te querrá de verdad”. Y, después de hacer una breve pausa mirando fijamente las cartas, continuó: “No volverás a dejar que ningún hombre te levante la mano”. Y al oírlo, me eché a llorar.

Desde que le empecé a lavar la cabeza hasta que se fue, estuvimos charlando todo el rato, era como si nos conociéramos de siempre, sus gestos y su manera de hablar me recordaban a alguien que no atinaba a saber quién. Hablaba de él en singular, y en un momento en el que dijo un “fuimos”, se corrigió a sí mismo y utilizó el singular.

Los días siguientes estuve fantaseando con él, incluso le conté entusiasmada a mis amigas lo que había sucedido. Al cabo de unos días se me pasó un poco la emoción, aunque cuando caminaba por la calle encontraba a muchos hombres que me recordaban a él y la frase "te encontrará con plástico en las manos" acompañando la imagen del momento que lo conocí, me rondaba a menudo la cabeza.

La segunda vez, llevaba toda la mañana inquieta, y sin saber por qué, miraba continuamente hacia la puerta al menor ruido. Pensé que me había tomado demasiado café. Cuando lo vi aparecer, me quedé sin habla, no hacía aún un mes que había venido a cortarse. Aquel día saltaban chispas entre los dos con sólo mirarnos. Yo me esmeré en hacerle mi mejor masaje de cabeza después de lavársela, lo dejé extasiado. Mientras le cortaba, buscábamos el roce todo el rato. Me preguntó si a todas horas teníamos tanta gente, y le dije que a mediodía casi no venía nadie, pero no cerrábamos y nos turnábamos mi socia y yo para ir a comer a casa.

Justo cuando lo estaba despidiendo en la puerta, entró la señora Pepa. Ella lo saludó muy efusivamente y él se quedó impávido. La señora Pepa le preguntó por su padre, que al parecer estaba en la misma residencia que su marido.

-Y tu niña, hay que ver lo guapa que es. ¿Tú has visto a su hija, Marina?
-No, no la conozco...
-Pues es más salá... y es igual de guapa que su madre...


Continuará el viernes...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Halaaaaa!!!! ya tenemos tomate aquí de nuevo, claro que sí!!!! esto tiene pinta de ser una historia bien jugosita... jeje

Anónimo dijo...

Sí, sí... Llevaba tiempo esperando que se escribiera esta historia, jajaja!! :D

Anónimo dijo...

¿Cómo voy a esperar hasta el viernes, chiquillaaa???????

Oohhh, esto promete, promete...

Anónimo dijo...

Aquí hay gato encerrao :)

La brujilla ya podría haber especificado un poco más no? a ver si tampoco va a ser éste...

Qué sin vivir...

Lidia dijo...

je je ;D

Es que esta semana vamos casi cada día de excursión, así que, llego tarde y mu cansá, pero para el viernes sí tendré el segundo capítulo :)