Cuando abrimos la puerta del otrora misterioso piso maldito, que acababa de perder su aura esotérica al descubrir que más que morada de almas en pena era vulgar almacén de portátiles robados y refugio de las infidelidades del eterno prometido de Patricia, y nos encontramos a cuatro policías apuntándonos con sus armas y dispuestos a dispararlas, deseé que la tierra me tragase y me escupiera en las antípodas del planeta, en alguna selva inhabitada donde nadie me pudiera encontrar jamás. Como esto no ocurrió, me vi en la obligación de tener que dar explicaciones sobre nuestra presencia allí. Yéndome por los cerros de Úbeda y más allá, acabé explicándole a Santiago como habíamos acabado entrando en aquel piso con la radiografía de mis dientes y como, resultantemente, habíamos hecho el grandioso hallazgo, que iba a resultar clave para la resolución del caso, de la prenda íntima que me había sido sustraída semanas antes, cuando alguien allanó mi hogar mientras yo me hallaba infiltrada en el piso del difunto mirón, donde intentaba recabar pruebas ataviada de lolita, aprovechando la celebración de una fiesta de jovenzuelos universitarios.
Nos llevamos una muy leve reprimenda por parte de Santiago, que nos recordó que el dinero de los contribuyentes no está para ir haciéndose cargo de los delirios de fans de CSI. En ese momento me acordé de casos mucho más graves que el nuestro de utilización indebida, malversación, fraude, estafa u otros términos para referirse al simple robo de dinero público por parte de quienes detienen la administración de los poderes públicos, pero no me pareció adecuado entrar a polemizar en aquellas circunstancias.
Después de pasar por mi casa para recoger sus abrigos y bolsos, mis amigas y coparticipantes en la infracción se fueron a sus respectivos hogares, lejos de achicarse, dispuestas a repetir la empresa cuando encartase.
Al día siguiente, domingo, me desperté con el recuerdo de una pesadilla en la que el presidente de mi comunidad se paseaba escaleras arriba y abajo cubierto únicamente con mi tanga. Tenía un montón de ideas en la cabeza y me fui a dar un paseo para pensar mientras me daba el aire. Al salir, me crucé en el portal con un hombre que no había visto nunca. Le saludé y él me respondió secamente con acento del este. Me dio mala espina e incuso me volví para verlo como se dirigía hacia el ascensor. ¿Adónde iría? Y seguidamente me sentí culpable y xenófoba por sospechar de alguien sólo por su acento y emprendí mi paseo para poner en orden mis ideas.
Los hechos constatados hasta el momento eran: que el estudiante de Cardona, alias el mirón, disponía de un periscopio con el que no sólo espiaba a sus vecinos, sino que también grababa y colgaba nuestras intimidades y vergüenzas en internet para mayor regocijo del mundo internauta. Asimismo, Pere, el informático, almacenaba portátiles robados a la empresa para la que trabajaba, en un piso del que desde hacía años se desconocía el propietario y que el vecindario consideraba únicamente habitado por fantasmas. Del hecho que en internet no hubiera colgado ningún video de las actividades llevadas a cabo en el piso maldito, se podía inferir que, probablemente, el mirón lo había descubierto y quizá hubiera chantajeado a Pere y que finalmente éste se hubiera cansado del chantaje y lo hubiese asesinado. Pero entonces, ¿quién había matado a Pere? ¿Tenía un cómplice que decidió matarlo también a él para encubrirse cuando la policía descubrió que Pere era el propietario del piso maldito? ¿Podía ser el cómplice otro de los vecinos?
9 comentarios:
Ohhh, Lidia, cómo disfruto leyendo esta historia! Es que me encanta y me divierte un montón!!!!!
PD.- Por cierto, no nos has interpretado la foto que pusiste en tu última entrada...¿De qué iba la cosa, al final? :-)
Compruebo con alegría que ya funciona lo de los comentarios "en plan sencillo"! Qué bien!
No, si aquí va a haber más de uno metido en el berenjenal, hummm
Qué misterio, qué intriga, qué dolor de barriga!!!! jjejej
P.D De pronto se me ha ocurrido que... un Pere informático? humm me suena, creo que ya sé en quién te has inspirado para el personaje (o estoy divagando y es pura casualidad?)
Vayamos por partes :)
1. La foto del otro día no tiene una interpretación "verdadera", es una foto que hice de un cartel en un museo de Nantes dedicado a las máquinas que imaginó Julio Verne. Vuestras interpretaciones me parecen estupendas :)
2. La verdad es que no me inspiré en el Pere informático real, o al menos no conscientemente, y sobre todo, pobrecillo, no deseo que lo maten... ;)
Hombre, no vamos a dejar que cuatro polis frenen nuestras recién estrenadas dotes investigadoras... :)
Desde luego, en este vecindario uno no se puede fiar ni de su sombra, uhhh... y por cierto, Santiago vuelve a estar en medio, como siempre, ay, ay, ay...
Jajaja!!! Cómo me gusta que se acabe la historia con tantos interrogantes!! ;) Allí estaremos para contestar a tanta pregunta! :)
Vaya tela lo de la foto... tanto pensar dónde la había visto (pensaba que en un video de una canción que dice 'walking like gigant cranes') y resulta que era en este mismo blog, jajaa!
Por cierto, al principio (no sé si es en la segunda línea), has escrito la palabra "esotérica"... ¿Qué significa? XD
Por cierto, yo tampoco veré la entrevista a Julián Muñoz, te lo puedo asegurar...
...La entrevista de "quién"?
Publicar un comentario