martes, 6 de febrero de 2007

Pájaro en mano o ciento volando

Hace ya más de un mes que os dije que había ido a ver Siddhartha y que me esperaría a comentar las reflexiones a las que me había llevado sobre ese tema que a mí me gusta tanto que es la búsqueda de la felicidad o del sentido de la vida (que para mí es lo mismo). La conclusión a la que llega el protagonista al final de su vida es que, en vez de perseguir sueños, hay que vivir el presente, apreciarlo y disfrutarlo. Personalmente, con la segunda parte de la frase hay que vivir el presente, apreciarlo y disfrutarlo estoy de acuerdo, y es verdad que a veces no sabemos ver lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, pero sinceramente, creo que sin sueños uno no puede apreciar tampoco lo que tiene, porque de lo contrario en realidad lo que hace es aceptar sin más lo que hay con los ojos vendados, negándose sus deseos profundos y a sí mismo. Y cuando hablo de sueños, no me refiero a vivir en los mundos de yupi y tener ideas infantiles, aunque buena es la pegunta de dónde está la línea que separa lo infantil de lo realista. Pues la vida ya se encargará de decírselo a cada cual con calabazas, ¿no?
En cualquier caso, la búsqueda de la felicidad está directamente relacionada con el sufrimiento, porque soñar equivale a involucrarse y exponerse, y cuando los sueños se cumplen bien, pero cuando no, toca sufrir, pero como dice esa gran Rosetta Forner (a la que toda teintañera debería leer), con las calabazas que te dé la vida hay que aprender a hacer un rico cabello de ángel y comértelo en un pastel, o lo que es lo mismo, cada vez que la vida te dé un revés, lo utilizas como aprendizaje para seguir la búsqueda siendo más sabia.
No sé, quizá dependa del carácter de cada cual, yo tengo comprobado en mí misma que no puedo vivir sin soñar, que en un momento de mi vida en el que traicioné mis sueños y me dije que el mundo real era otra cosa, mi vida fue plácidamente infeliz, y desde que me empeño en perseguir mis sueños, me siento viva y feliz, aunque eso no signifique que esté siempre contenta, sino que con las calabazas que me da la vida estoy aprendiendo a hacerme, en vez de cabello de ángel, tiramisú, que me gusta más.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que no se puede vivir sin soñar. Uno tiene que tener ilusiones y no sólo tenerlas, sino que además hay que intentar cumplirlas. Pero el tener sueños, ambiciones,ilusiones o metas no tiene que hacer que perdamos de vista la realidad. A mi parecer hay que tener sueños, pero sueños alcanzables. Si nos ponemos objetivos imposibles de alcanzar, nos podemos obsesionar y perder de vista otras cosas a las que probablemente sí que tenemos acceso y que nos pueden hacer felices. Encontrar el equilibrio entre la realidad y los sueños, entre lo alcanzable y lo inalcanzable, entre la fantasía y el mundo en el que vivimos, no es fácil, pero esas famosas calabazas de las que hablas, Lidia, esas experiencias, buenas y malas, que vivimos, son las que nos van ayudando a madurar y a encontrar ese equilibrio del que hablo. Hay que aprender a vivir con lo que se tiene o con lo que se puede aspirar a tener, y a partir de ahí intentar sacarle el máximo partido. Un pie en la tierra, y otro en el cielo. Ese es mi lema
;-)

Anónimo dijo...

Chica piensa en lo siguiente: si a lo largo de la historia, filósofos, pensadores, psicólogos....han buscado la "pócima" de la felicidad y ninguno lo ha encontrado....¿piensas que cualquier persona de "a pie" la puede encontrar?
Quédate con que la felicidad plena (que es lo que ansía todo el mundo) no existe. Existen momentos felices y momentos no tan felices (es un estado y como tal va cambiando según las circunstancias de cada cual...).
Eso sí, con lo de los sueños te dejo con mi lema: "ATRÉVETE A SOÑAR Y LUCHA POR ESE SUEÑO"
MARIVI.

Anónimo dijo...

A medida que iba leyendo tu "filosofada" me acordé de la frase que me escribiste en el libro de Alejandro Sanz que me regalásteis cuando me fui a Burdeos: "Vayas donde vayas, no olvides nunca de donde vienes, pues sólo así sabras quien eres".
En algún lugar leí que "la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace".Así si que si uno es feliz soñando pues genial. A mi me gusta soñar!Qué seria de nuestra vida sin los sueños?En ocasiones son nuestros sueños lo que nos mantienen "vivos".

Unknown dijo...

Y ya se sabe que: "Toda la vida es sueño y los sueños sueños son"

Anónimo dijo...

Neus, no me digas que tú también tienes un blog, que veo tu nombre en azul y eso me hace sospechar! jeje

Anónimo dijo...

¿Qués es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión. Y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño ... y lo sueños... sueños son.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el planteamiento que has hecho sobre la realidad y los sueños, y la aportación de la frase de Rosetta Forner sobre las calabazas de la vida y el cabello de ángel, que no conocía.
Tal como has tratado el tema, creía que estaba leyendo una revista de psicología que venden en los kioscos. Lidia, ¿no te has planteado escribir temas de psicología para este tipo de revistas? Envíales una muestra, que yo creo que tendrías una agradable sorpresa.