
Un gran beso y un fuertísimo abrazo.
La búsqueda de la felicidad
Como veo que la temática psicológica os interesa, transcribo parte de una entrevista en El País del 3 de diciembre a Jorge Bucay (el de los libros de cuentos de “autoayuda”)
"Pregunta: Está empeñado en que seamos felices. Con la que está cayendo.
Respuesta: Creo que puede lograrse, siempre y cuando uno no caiga en la estúpida idea de creer que ser feliz es estar riéndose todo el tiempo.
P: ¿Por dónde recomienda empezar a buscar la felicidad?
R: Por encontrar el propio sentido para la propia vida.
P. Deme un consejo que no sea leerme de una tacada todos sus libros.
R: Contéstese a la pregunta de para qué vive. Y el día que se conteste, juéguese la vida por ese sentido de vida que decida. Verá que es feliz, aunque no esté contenta, que son cosas diferentes."
Os transcribo algunos párrafos de un artículo de este domingo de Fernando Trías de Bes en El País (¿esto vulnera los derechos de autor?) que me ha gustado mucho, si alguien lo quiere entero, lo tengo en casa. Que cada cual extraiga sus conclusiones.
“Estación de transbordo”
¿Por qué aquello que nos parecía ideal lo tiñe el tiempo de insuficiente? Un conjunto de factores explica este comportamiento de cambio e insatisfacción permanente. Por un lado la tendencia del hombre a no contentarse con las cosas, a buscar siempre lo mejor. (...)
Pero detrás de estos motivos hay uno más profundo y universal: a medida que pasan los años, las prioridades de una persona se van modificando. Lo que a los 18 años era fundamental, a los 25 se torna secundario(...)
¿A qué edad se detiene esta rueda? ¿Cuándo, por fin, nos parece que ya todo está bien, o por lo menos, ya no lo cuestionamos? Evidentemente, siempre hay excepciones. Pero, en general, la respuesta es nunca (...) esto se produce, de forma aproximada, cada siete años sin excepción de edad. Cada siete años, algún nuevo objetivo. Y durante siete años, a luchar para introducir los elementos necesarios que transformen parte de nuestra vida (...)
Nunca hay que pensar que nos hemos equivocado porque, de regresar siete años atrás, en las circunstancia que nos rodeaban, con toda probabilidad habríamos decidido lo mismo y nos hallaríamos en el mismo tren del cual nos disponemos a apearnos. Esa actitud flagelante de “como decidí esto, ahora apechugo con mi decisión” responde en realidad a un complejo de culpabilidad infundado, así como a un excesivo sentido de la responsabilidad. Irresponsable no es aquel que cambia de opinión, sino aquel que cambia de opinión sin responsabilizarse de las consecuencias. Los cambios tienen un precio es el precio del trasbordo. Es más irresponsable quedarse en el mismo tren que no cambiar pagando el precio. Porque el precio del trasbordo no es un castigo, sino el único modo de llegar a la estación final disfrutando de la vida(...)
Ya hace días os hablé de una buena receta para solteros rica, rápida y sencilla, la perca en papillote, y como me la he hecho uno de estos días de puente, aquí la tenéis.
Y ya está, lo cerráis bien haciendo un paquetito como se ve en la foto, y aquí lo veis sobre la plancha porque ahora me ha dado por utilizarla todo lo que puedo, pero se puede hacer en una sartén. Se hace enseguida, en 10 minutos, y sale un suquillo muy sabroso.
La verdad es que últimamente estoy cocinando poco, porque mi madre se ha emocionado con que tenga una nevera con un gran congelador para mí sola, y me prepara fiambreras de comida como para que coma todo un regimiento, y cada semana me hace más, que por supuesto ni puedo ni quiero rechazar, y aunque casi no cocino, no como al ritmo que ella me prepara, con lo que estoy acumulando un cierto stock. Para que os hagáis una idea, ahora mismo tengo en el congelador (y hoy voy a comer a casa de mis padres, y me tendré que llevar más): cuatro fiambreras de caldo con albóndigas, dos de pollo en salsa, una de conejo en salsa, dos de potaje de garbanzos, una de lentejas con chorizo y una de crema de verduras, amén de la caja de gambas, que también me han comprado mis padres, porque en mi casa las gambas son sagradas, somos una familia de grandes comedores de gambas, comemos sobre todo en fiestas y en celebraciones varias, y cuando viene alguien a comer por primera vez se suele estresar porque no nos puede seguir el ritmo, sobre todo mí padre, mi hermano y yo, que hemos desarrollado una rapidez y una destreza con las gambas realmente pasmosa.
Ha vuelto y viene a por nosotros
¿Os acordáis de la historia del profesor de economía de mi instituto?
Pues yo la había dado por zanjada, pero no se ha acabado.
El primero de los dos profesores de economía, el que había acosado a profesoras y alumnas (aunque eso no se puede demostrar) y que a determinadas clases no iba porque no le daba la gana (y eso sí se puede demostrar) y se quedaba con todo su morro leyendo el periódico en la sala de profesores, además de no hacer tampoco otras horas de reuniones y guardias, que forman parte de nuestro horario y por las que nos pagan, nos ha denunciado por mobbing, y digo nos, porque ha denunciado al instituto y en particular a todos y cada uno de los profesores que firmamos una carta que enviamos a inspección ante la pasividad de la administración exponiendo los hechos gravísimos que se estaban produciendo en el instituto y pidiendo que se tomaran medidas. Y un juez ha admitido a trámite su demanda.
Así que, el miércoles pasado llegó al instituto una convocatoria y hoy están declarando en el juzgado la junta directiva del instituto y los jefes de departamento, y no sabemos si los demás tendremos que ir.
Dejadme que me desahogue.
Es un psicópata hijo de puta.
Y ahora me voy a desahogar un poco más.
No puede ser que porque una persona apruebe las oposiciones sea intocable e inmortal y no haya ningún control sobre él, no puede ser que un tío con su historial, que en cada instituto por el que ha pasado ha tenido los mismos problemas, que la única solución que ofrezca la administración sea cambiarlo de instituto y mirar para otro lado, y al final forzar a que tengan que ser otros profesores y alumnos los que presionen, porque cuando el año pasado finalmente inspección lo apartó de su cargo provisionalmente no fue por la dichosa carta que se envió, ni por las constantes quejas de la junta directiva al inspector, no, fue porque salimos en la tele porque los alumnos se manifestaron.
Concurso Entre horas
He pensado incluir en este blog un concurso en el que ir premiando de alguna manera a mis lectores más fieles, así que, el primero que mejor responda a las siguientes preguntas se llevará un regalo que desvelaré una vez determinado el/la agraciad@.
Siempre quise ser Jessica Fletcher
Hoy los alumnos se están manifestando (o no, pero la mayoría no ha venido a clase), contra la nueva ley educativa, pero yo no voy a hablar de ello, sino que prefiero introducir un tema más suculento, el de los hechos paranormales (o subnormales, no sé cómo llamarlos) que acontecen en el edificio de mis padres desde hace unos meses.
Aparte de mi hermano, el de los huevos a la plancha, aún no os he hablado de mi familia, aunque algunos de vosotros ya la conocéis. En el edificio donde viven mis padres reinaba la concordia, a mí siempre me han sorprendido las historias de peleas vecinales porque realmente nunca las he vivido, al contrario, aunque cada uno en su casa, había buena convivencia y en algunos momentos críticos de algún vecino se le había ayudado hasta económicamente. Pero en los últimos años, la situación ha cambiado, en primer lugar porque hay vecinos nuevos y en segundo, por el tema destrozacomunidades por excelencia, la decisión de instalar un ascensor. La verdad es que el ascensor sacó al Chuky que llevaban dentro algunos vecinos y los meses que duraron las discusiones hasta llegar a un acuerdo fueron infernales. Los hechos paranormales que os voy a relatar empezaron a acontecer coincidiendo con el fin de las obras del ascensor y su puesta en marcha, y la llegada de dos vecinos nuevos, con uno de los cuales hubo problemas porque pretendían hacer obras ilegales. En este clima de tensión proveniente de varios frentes, una noche que mi hermano volvía a casa y que mis padres habían salido, se encontró con la sorpresa de que alguien había puesto silicona en la cerradura de la puerta. El hecho conmocionó a toda la comunidad, porque mi madre es la más apreciada, la más diplomática, a la que todos confían sus problemas, la intachable, vaya, así que, que alguien llevara a cabo algo con tintes tan claramente vengativos contra su casa, era impensable para cualquiera. Ese fue el pistoletazo de salida, desde entonces, desaparecen los felpudos de todos los vecinos, un día, un vecino se encontró su coche lleno de huevos estrellados, otro día, a una vecina que desde hace años tiene en el rellano delante de su puerta una mesita con un jarroncito de flores (sí, es una horterada, pero a ella le gusta), primero le robaron las flores, y la segunda vez ya le quitaron el set completo, las flores y la mesa. Y ya os podéis imaginar como está el panorama, las especulaciones están que hierven, y algunos vecinos están empezando a tener un poco de miedo y están pensando poner una cámara, porque la broma ya dura desde hace demasiados meses y aunque sea un comportamiento del todo infantil, desde luego quien lo hace está mal de la cabeza y no se sabe qué más se le puede ocurrir. La última que mi madre me contó ayer, es que vio una mancha extraña en la puerta y al examinarla comprobó que era una quemadura.
Yo tengo dos sospechosos, pero antes de exponeros mis suposiciones, quiero esperar un poco más a ver qué pasa, porque algunos vecinos están empezando a perder los nervios y han empezado a hacer insinuaciones, y quiero ver qué reacciones va a haber (de algo me va a tener que servir haberme leído toda la colección de Ágata Christie y haber visto Se ha escrito un crimen infinitas veces). To be continued...
To cat or not to cat
Sigo sin tener ni teléfono ni internet en casa, y hoy he hablado con varios teleoperadores de nuestra mayor y más odiada empresa de telecomunicaciones (sí, he padecido esa odisea desesperante de pasar de un teleoperador a otro y de repetir hasta la saciedad y más allá mi caso, hasta que por la gracia de algún espíritu santo he dado con un ser que ha sabido contestarme algo) y me han dicho que van a tardar quince días más.
Así que, nada, a esperar.
Ahora estoy sacrificando mi café de la hora del patio para poder escribir esto.
Mi hogar va completándose poco a poco con las pocas cosas que le faltaban, me ha llegado una mesa de comedor de Verdún, las estanterías están al caer de Esplugas (sí, yo voy recogiendo de aquí y de allá, sólo me falta salir a la caza y captura de muebles esos días que la gente los saca a la calle), y ahora estoy buscando unas sillas y un sofá.
Además de los enseres que me van a acompañar, estoy pensando en buscarme compañía viviente, pero no precisamente de un tío, que suelen salir rana, sino que se me ha ocurrido de un gato, y para ello quisiera pediros consejo a los que tengáis o hayáis tenido, porque yo jamás he tenido animales, excepto la típica tortuga, peces y canario que te compran cuando eres pequeño y que te duran tres días. De hecho, yo nunca me he entendido con los animales, y a los perros, pobres, les tengo un pavor irracional que no me puedo ni acercar a ellos, pero no sé porqué pero los gatos siempre me han gustado y estos últimos días le estoy dando vueltas, pero estoy indecisa y me gustaría que arrojaseis luz sobre mis dudas. Seguramente mis preguntas os parecerán estúpidas, pero como no tengo experiencia en animales, es un mundo a explorar por mí. Por ejemplo, ¿los gatos arañan los muebles? Y en caso afirmativo, ¿se les puede enseñar a que arañen sólo algunas cosas, un cojín, por ejemplo...? Más preguntas tontas, ¿a los gatos no se les saca a pasear como a los perros? ¿No se vuelven locos todo el día en casa? ¿Se escapan por la ventana si la dejas abierta? ¿Qué tipo de cuidados necesitan?
Pues nada, ya me aconsejaréis...
Haciendo amigos en el nuevo barrio
Hoy he pedido fiesta en el trabajo para hacer el traslado y me he pasado toda la mañana limpiando como una loca para empezar a llevar cosas.
Aquí tenéis una fotillo de la zona dormitorio-despacho, ya os iré poniendo más.
Por lo que me contó el propietario, se trata de un edificio en el que vive gente de toda la vida, de hecho, cuando subía las escaleras tambaleándome e inevitablemente haciendo ruido porque acarreaba una mochila por detrás, otra por delante, y una maleta de ruedas que tenía que subir a peso tres pisos (al final es un tercero, no un cuarto), salió una vecina mayor del cuarto a ver de quién se trataba, y al verme, entabló una pequeña conversación conmigo para averiguar quien era.
Seguidamente fui a comprar a un supermercado de esos que te llevan la compra a casa a proveerme de todo lo básico que necesita un hogar.
De vuelta al piso, mientras estaba limpiando, llegó el repartidor, que me sugirió amablemente que la próxima vez que necesitara que me llevasen la compra a casa, que fuera al otro supermercado de la zona, porque a él le mataba subir escaleras tan estrechas. Pues nada, tendré que ir al otro supermercado, que no es cuestión de llevarse mal con el repartidor.
Se ha encontrado profesor de economía normal III
Como colofón a este tema, os informo, para que podáis dormir tranquilos y nos confiéis a vuestros hijos sin pensar que en la educación pública sólo hay psicópatas o frikis, que a mi instituto ha llegado una chica majísima y muy cabal a dar las clases de economía.
Bueno, como ya sabéis, desde hace meses estoy a la caza y captura de un piso, y nunca mejor utilizada esta expresión, porque realmente buscar piso es adentrarse en la jungla salvaje, y aunque me ha ocupado la mayor parte de mi tiempo libre últimamente, no he hablado de ello en el blog porque no me apetecía sacar el mismo tema del que todos hablamos todos los días, porque, unos porque buscamos y otros porque pagan hipoteca, está omnipresente en todas la conversaciones, así que, pá qué abundar en ello.
Al principio éramos tres buscando, después nos quedamos en dos, y últimamente ya buscaba para dos o para mí sola.
Y hoy ya tengo la gran noticia.
Ya tengo piso.
Y me encanta.
Está en el Eixample, en la parte alta, tocando a Gracia, es un loft pequeño, todo nuevo, muy luminoso, perfecto para mí.
A ver, tiene un pequeño defectillo, y es que es un cuarto sin ascensor, pero por eso mismo es pagable (aunque tampoco es que sea regalado). Y además, se me van a poner unas piernas estupendas para poderme colocar unas minifaldas de escándalo.
Hoy ya lo he reservado, y el lunes firmo y me dan las llaves.
Así que, que sepáis que inminentemente va a haber una fiesta de inauguración.
El día que vi como mi hermano hacía un tradicional huevo frito sin aceite en una plancha eléctrica, se me abrió un mundo de posibilidades de cocina sencilla. Así que, me traje una miniplancha que tenía de mi vasto ajuar y que ni siquiera había utilizado nunca porque no le veía mucha utilidad, y desde entonces, me hago todo tipo de platos rápidos y súper sanos. A la carne no le pongo ni una gota de aceite y está buenísima, y lo del huevo es pasmoso, de verdad que no hace falta aceite, el próximo día que me lo haga le hago una foto para que lo veáis con vuestros propios ojitos. Las verduras también están riquísimas, aunque yo sí que les pongo un poco de aceite, y lo mismo con el pescado.
Se busca profesor de economía...normal (por favor) II
Para mi lectora más fiel en su momento más estresante
Ya han pasado unos cuantos días desde que expliqué la primera parte del culebrón del profesor de economía de mi instituto, y creo que ya he despertado suficiente expectativa para revelar la segunda parte.
El primer día de septiembre, tras los besos y abrazos del reencuentro con los compañeros, la pregunta que susurrábamos todos era “¿Está este año aquí?”, y no hacía falta decir quien, porque ya todos sabíamos quien era el tan temido. Y con un suspiro de alivio se fue corriendo la voz que lo habían trasladado a otro instituto de la misma ciudad (no, no lo han expulsado, sigue siendo un funcionario del estado....) y que en su lugar había un interino, que curiosamente se llamaba igual que él. La primera vez que vi a su sustituto, pensé que me sonaba de algo, pero como cuando trabajas en la enseñanza te toca conocer tantos centros, imaginé que debía haber coincidido con él en algún otro instituto. Ya antes de empezar las clases, en las reuniones que hacemos para preparar el curso, él expuso varias veces que llevaba diez años en la enseñanza pero que siempre había trabajado con adultos y que no sabía muy bien cómo tenía que tratar a alumnos adolescentes. Cuando empezaron las clases, en las reuniones hacía preguntas un tanto sorprendentes, como si era normal que los alumnos se levantasen en mitad de la clase o si tenía que controlar la asistencia de los alumnos de ESO, y a algún profesor le había confesado que en clase la situación se le escapaba de las manos... Y a todos nos daba penilla, porque nos hacíamos cargo de su situación, que claro, estando acostumbrado a tratar con adultos, enfrentarte de repente a las fieras desbocadas después de las vacaciones, era un duro golpe. Y un día, de repente, dejó de venir. Los primeros rumores fueron que se había dado de baja por depresión, pero fueron los alumnos los que nos descubrieron la verdad. Antes de irse, en una clase de primero de Bachillerato dijo: “Que sepáis que esta es la última clase que voy a dar, porque gano más dinero yendo a Salsa Rosa que trabajando aquí” Entonces nos enteramos que el tío tiene nombre artístico y todo, que es profesor de tai-chi y de no sé cuántas terapias chinas, que protagonizó aquel celebérrimo escándalo de Eva Nasarre y que actualmente es preparador físico de vips como el conde Lequio. Y tío se ha cogido una baja por depresión, está cobrando de todos nosotros y le ha dado el estupendo ejemplo a chavales de 16 años que para qué trabajar si se puede vivir del cuento. Y a ver cuánto tarda en salir por televisión.
Hace gracia porque en su página web pone: “Mi intención es transmitir a cada uno de mis clientes PAZ, BINESTAR, SEGURIDAD Y UNA MEJORA EN SU CALIDAD DE VIDA”. Y digo yo, que ya se lo podía haber aplicado a sí mismo para dar las clases o mejor aún, haberle trasmitido a los alumnos esa paz y bienestar, que nos hubiera ido tan bien a todos. Claro que, gracia, gracia, tiene un poco, pero la justa, porque ya tenemos otro caso en el que la administración pública permite que trabaje en la enseñanza un impresentable que da un ejemplo nefasto a adolescentes cuando se supone que debería ser un modelo para ellos. Los profesores somos personas y falibles, pero lo de este tío ralla lo indecente, y a mí personalmente me molesta muchísimo, porque la mayoría de la gente que se dedica a esta profesión trabaja muchísimo para que luego tengamos mala fama por culpa de seres como este.
Estamos que nos salimos
Estamos empezando a triunfar en los feudos tradicionales de machos.
Acabo de leer en El País que el Washington Post ha escrito un artículo sobre la mujer española y rápidamente he ido a leer a ver qué decían de nosotras los americanos. Con el título After Machismo's Long Reign, Women Gain in Spain, el artículo describe en mi opinión muy acertadamente la situación actual de la mujer española con sus gozos (aumento del acceso de las mujeres en todos los ámbitos, cambios en el funcionamiento de las familias) y sus sombras (reticencias aún al acceso sobre todo a los puestos de poder, incremento de la violencia doméstica...) y señala como ejemplo a nuestra actual vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.
Pues yo personalmente tengo que decir de ella que me gusta mucho y que espero que sea la próxima candidata del PSOE a la presidencia del gobierno, porque en estos tiempos de tanta decepción política, es de los contadísimos políticos que aún me merecen credibilidad. Además, parece que ahora soplan vientos favorables: Merkel en Alemania, Bachelet en Chile y Segolène Royal es según las encuestas la favorita en las próximas elecciones a la presidencia de Francia ( a ver si así los franceses levantan cabeza, que llevan una racha...). Así que, a ver si aquí demostramos que realmente estamos dejando atrás el machismo proponiendo a una mujer como presidenta.
Por demanda particular
Se necesita
Una bandeja de aluminio de 1,5 litros
Una batidora con barillas
2 cuencos grandes
Ingredientes (para 8 raciones más o menos)
2 tarrinas de queso marcarpone (lo venden en muchos supermercados)
4 huevos
8 cucharadas de azúcar
un paquete de bizcochos de esos duros y estrechos
chocolate en polvo
café
Preparación
En primer lugar, se hace café como para 8 personas y se deja enfriar.
Por otro lado, cogemos los dos cuencos y en uno ponemos las yemas y en el otro las claras. Al cuenco en el que están las yemas le añadimos las dos tarrinas de queso mascarpone y las ocho cucharadas de azúcar y lo mezclamos todo bien con un tenedor hasta que deje de tener grumos. Las claras que tenemos en el otro cuenco las montamos con ayuda de la batidora con las barillas y cuando estén a punto de nieve, se echan en el otro cuenco y se mezcla todo bien. La crema ya está, ahora sólo hay que hacer el pastel.
Cogemos la bandeja de aluminio y forramos el fondo con los bizcochos de manera que quede totalmente cubierto. Entonces, con ayuda de una cuchara o un cazo, vamos echando café por encima de los bizcochos hasta que veamos que estén bien empapados en café, (esto depende del gusto de cada uno). Seguidamente, echamos por encima de los bizcochos la mitad de la crema, y la esparcimos bien para que quede un espesor uniforme. Encima de esta capa de crema ponemos otra capa de bizcochos, y una vez está todo cubierto, se empapan también con café, y sobre esta capa de bizcocho vertemos el resto de la crema que nos queda y se esparce bien. Sobre esta última capa se echa chocolate en polvo al gusto de cada cual.
Et voilà!
Bon appétit!
Se busca profesor de economía... normal (por favor) I
Bueno, bueno... en mi instituto estamos todos conmocionados al saber que hemos tenido el gran honor de tener entre el profesorado a uno de esos personajes que aparecen en los programas del corazón, y nosotros sin saberlo hasta ahora que se ha cogido la baja. Lo cuento con detalle porque no tiene desperdicio.
La plaza de profesor de economía de mi instituto tiene gafe. Hasta este año había estado un señor que todo el mundo rezaba porque se fuera porque era un psicópata, y no exagero ni un ápice llamándole así: además de haber acosado, muy sutilmente, eso sí, a profesoras y a alumnas en más de un instituto, en el nuestro el año pasado decidió que había clases a las que no le daba la gana ir, y no iba, se quedaba en la sala de profesores leyendo el periódico. Además, en el departamento de ciencias sociales, que es al que él pertenecía, acontecían hechos paranormales, como que las estanterías se arrancaban solas de la pared, un día los globos terráqueos aparecían rotos en el suelo, otro día desaparecía por arte de magia toda la información de los ordenadores de los profesores de aquel departamento... Vaya, un ser realmente enfermo, y ya tenía los mismos antecedentes en otro instituto, en el que incluso una familia le puso una denuncia por acoso a su hija, que al final no prosperó porque no se pudo demostrar. Y, ¿cómo es posible que la sociedad le esté pagando un sueldo a semejante individuo? Yo estoy llegando a la conclusión que cuando uno es funcionario, es intocable, como no asesine a alguien parece ser que no hay nada que sea suficientemente grave para apartarlo de su cargo, por lo visto ni aunque esté trabajando con menores. La dirección del instituto por supuesto hizo todo lo que pudo para que la administración actuara, pero ésta no tomó cartas en el asunto hasta que salimos en los medios de comunicación porque los alumnos se manifestaron para protestar. Entonces, lo suspendieron de empleo y sueldo durante tres meses y se abrió una investigación judicial, de la que no sé nada, lo único que sé es que, como al cabo de los tres meses la investigación no había acabado, y el curso tampoco, el último mes volvió al instituto.
Pero este curso empezó con la noticia de que el susodicho ya no estaría con nosotros.
Del insigne personaje de papel cuché que vino a sustituirlo os hablaré los próximos días. Estad atentos, continuará...
Ayer hablé de una película (ya sabéis que soy muy peliculera, y en todos los sentidos de la palabra), y hoy también. Os recomiendo Agua, una película india que no entiendo como no la han doblado y la proyectan en cines para el gran público, porque estoy segura que tendría muchísimo éxito, es un pedazo de dramón romántico con trasfondo histórico, tras la que acabas con el corazón encogido y la lagrimilla a punto de escaparse pero el mismo tiempo con la sensación de que hay esperanza. No explico más, tenéis que ir a verla, yo ya he ido dos veces al cine a verla.
Ayer fui a ver “El perro mongol”. La película te muestra la vida bucólica y pastoril de una familia actual de nómadas mongoles que viven allí solos en medio de la estepa, con sus cabritas y su casita desmontable, tan felices, viviendo al margen del progreso, que por un momento la urbanita que hay en mí deseó formar parte de aquella familia (sí, pero sólo por un momento, eh...) Pero lo que realmente me fascinó, fueron los niños, siempre sonrientes, tan monos con sus coletitas tiesas para arriba, que se divertían simplemente cantando y saltando encima de una caja o recogiendo estiércol seco, que escuchaban embelesados la fábulas fantásticas que les contaba una abuela arrugada y reflexionaban sobre el sentido de la vida… Y claro, no pude sino compararlos con las personitas con las que me enfrento a diario, y pensé que dentro de mis alumnos sobreexcitados con tanto imput televisivo-internético-playesteishon debía haber unos niños encantadores como aquellos, pero que, tal y como ya dijo Rousseau, la sociedad los había corrompido. Y entonces, tuve una iluminación. En vez de hacer tanto intercambio con Francia, lo que habría que hacer es enviar a nuestros alumnos una temporadita a que recojan alegremente estiércol seco en mitad de la estepa mongola, a ver si recuperan la ingenuidad y la capacidad de estar sentaditos calmados escuchando. (Moraleja: hoy he castigado a 5 alumnos a quedarse al acabar las clases a copiar estúpidamente el libro de francés. Como no nos pongan puente aéreo con la estepa mongola, me quedan muchos días de quedarme yo también castigada con ellos al acabar las clases)
También los profes somos personas y tenemos derecho a quejarnos
Pues sí, si es que últimamente me da hasta vergüenza decir que soy profesora, si es que parece que tenga que pedir perdón por tener dos meses de vacaciones. Ahora resulta que no puedo ni decir que estoy cansada este principio de curso porque hoy mismo casi se me echan encima recriminándome que de qué me quejo, ¡que si tengo dos meses de vacaciones pagadas! Y yo la verdad es que este tema lo tengo más que superado, que tengo mi conciencia muy tranquila de que precisamente no me estoy aprovechando vilmente cual concejala marbellí de los dineros de los contribuyentes, sino que más bien la sociedad nos explota a nosotros porque nos arroga, sin acritud y desde el cariño, la humilde tarea de solucionar absolutamente todos los problemas de la sociedad. Y no voy a entrar a justificar que cobre los dos meses de vacaciones, porque me parece obvio. Vamos, que yo el tema me lo tomo a cachondeo ya, pero para eso tengo mi blog, para desahogarme.
Entre horas voy escribiendo estas historias para que también vosotros entre horas las leáis. Espero que os resulte entretenido. ¡Besos!